Cuando escuchamos hablar de que a los hijos hay que ponerles límites para su educación, pensamos que eso sucederá cuando crezcan y vayan a la escuela o cuando estén grandes, pero las reglas pueden ser adecuadas a cada edad y los límites son necesarios para que los niñ@s se sientan seguros y aprendan a tomar decisiones.

Si tu hij@ es aún pequeño entonces podrá atender pocas reglas y muy sencillas. Las reglas no son otra cosa que las expectativas que tenemos los padres acerca del comportamiento de nuestros hijos. Las reglas son rutinas que nos ayudan a crecer y delimitan el camino adecuado a seguir. Analicemos algunas de las más comunes:

Reglas de higiene y convivencia.

Estas son del tipo de rutinas que tu hijo aprenderá y repetirá todos los días, como:

  • Cepillarse los dientes después de cada comida.
  • Lavarse sus manos, después de ir al baño.
  • Vestirse y calzarse (al principio tú lo harás por él, pero poco a poco lo hará por sí mismo, si se lo permites).
  • Poner su mantelito donde comerá o limpiar su lugar en la mesa.
  • Poner la basura en su lugar.
  • Guardar sus juguetes al terminar de jugar.
  • Saludar y despedirse.
  • Comer lo que se le sirve (cuidar que la porción sea adecuada, a veces es mucho el alimento y poco el apetito).
  • Pedir las cosas por favor y dar las gracias.
Reglas de comportamiento.

Los niños pequeños pasan de la alegría al enojo de un momento a otro. También tu hijo aprende desde pequeño cómo comportarse. Es importante hacerle saber que todos sus sentimientos y emociones son válidos, son parte de él o ella. Así, habrá ocasiones en las que se encuentre feliz, otras triste o enojado. Se vale. Lo que no se vale es que al enojarse quiera pegarle a otro niño, mamá, o a la mascota, para sacar su frustración. Puede golpear una almohada para expresar su energía. La regla es no hacerle daño a otros ni a sí mismo. Y si hizo daño, disculparse; sería algo esperado que debemos ayudarle a cumplir.

Reglas de seguridad.

Estas son las que los padres establecemos para mantener el bienestar y asegurar la sobrevivencia de nuestros pequeños. Algunos se vuelven hábitos con los que nos conducimos y que tienen como finalidad proteger a nuestro hijo de cualquier peligro, son reglas que los padres debemos cumplir:

  • Utilizar asientos especiales para el bebé en el auto y ajustar el cinturón de seguridad del vehículo.
  • Asegurar las rejas de la cuna del bebé.
  • Ajustar el cinturón de seguridad al bebé en su silla alta para comer.
  • Poner bajo llave y fuera del alcance de nuestro hijo todo aquel producto tóxico que utilicemos en casa, así como los medicamentos.
  • Mantenerle alejado de la estufa o del cajón de cubiertos o repisas con platos y vasos que puedan caerse y lastimarle.
  • Cubrir los enchufes de los contactos eléctricos de casa.
  • Observar a nuestro hijo en todo momento, los accidentes ocurren en menos de un segundo.

Además de vigilar que sigamos nosotros mismos estos protocolos de seguridad, les haremos saber a nuestros hijos desde pequeños que se trata de reglas no negociables y están para cumplirlas por su bien. Probablemente encontraremos resistencia entre los bebés más grandes o los niños pequeños, pero debemos saber que eso es completamente normal, pero que no significa que debemos cambiarlas. Por ejemplo, si tu hijo se niega a ponerse el cinturón cuando lo sientas en su sillita del auto y tú titubeas o permites que por “una vez” no se lo ponga, entonces eso es lo que esperará la siguiente ocasión.

Las otras reglas.

Existen otro tipo de reglas que obedecen al cuidado de las cosas o al mantenimiento de los espacios y que deberán respetarse, mamá o papá se encargarán de vigilar que eso suceda.

Con los niños pequeños tendrás que repetir una y otra vez que “eso no se toca, eso no se lleva a la boca, eso no es para jugar”, etc. Por ejemplo:

  • Tu Smartphone es un aparato que no quisieras poner en riesgo si se resbala de las manos de tu hijo o si éste lo tira tan sólo por el placer de verlo caer. Así que la regla será que el teléfono de mamá (o papá) no es para jugar y no lo puede tocar. Podrás tenerle uno de juguete que será el de él o ella.
  • Las paredes, los muebles, el piso de casa no son lienzos para dibujar con los colores, crayones o pinturas que tenga a la mano. Es preciso que sepa en qué superficies puede realizar sus obras de arte. Aunque quiera expandir su talento por toda la casa, deberás limitarle, no son pocos los niños que dan estas sorpresas a sus papás.
  • Siempre habrá algo en casa que le llama mucho la atención y no es un juguete, podría ser el horno de microondas, la computadora, una lámpara, un adorno y buscará a toda costa tocarlo, manipularlo, etc. Necesitarás mucha paciencia, pero a base de repetición al hacer valer la regla de “eso no”, un día dejará de ser atractivo para él. No te desesperes.
FIRMEZA Y SEGURIDAD

Los padres debemos ser firmes y amorosos al hacer cumplir las reglas. A los niños chiquitos les gusta agradar a mamá y papá, algunos son dóciles al acatar las solicitudes que reciben, pero en alguna ocasión podrían mostrar desacuerdo o simplemente su curiosidad será muy alta y desearán conseguir lo que quieren, a pesar de que ya se les dijo que eso no lo pueden obtener y de que mamá o papá se molestarán por ello.

No es necesario mostrarte enojada o gritar para hacer valer una regla. Tu hijo puede aprender a obedecer si se le habla con amor y se le da una orden clara y firme. Es mejor no prohibir algo que sabes no podrás cumplir o que no estás segura de querer hacer una regla de eso.

Entre menos reglas y más claras sean, mejor comprenderá tu hijo que se trata de unas líneas de acción que le marcan tus expectativas, por dónde sí y por dónde no.

Los cuadros visibles de acciones y el cumplimiento de reglas puede ser algo que te ayude a que tu hijo vea por sí mismo y lleve su propio récord día a día. La acumulación de reglas cumplidas puede traer consecuencias positivas como privilegios del tipo de tener más tiempo de cuentos en la noche o jugar más.

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