Es común –y deseable- que antes de tener a su primer hijo, las parejas platiquen de sus expectativas de ser mamá y papá y de los sueños de tener una familia (y del tamaño de ésta). Son tan variadas las historias de cada persona que es tan válido querer tener un gran número de hijos como decidir quedarse sólo con uno. Es un asunto personal que se vuelve de dos, un asunto de pareja.

¿Por qué sigue causando inquietud tener sólo un hij@?

Primero habría que revisar ¿En quién despierta esta inquietud? ¿En las familias de origen de la pareja, en los abuelos? ¿Entre los amigos que les cuestionan? ¿O entre ustedes aún existen dudas?

Es común que la familia y los amigos presionen sutilmente para verlos embarazarse de nuevo, para que si ya tienen un hijo, busquen la parejita, o si tienen dos niños, busquen a la niña, o al varoncito si tienen niñas, y así, les regalen razones para justificar su deseo de verlos tener más hijos, cuando la decisión de tener otro hijo debe venir de un examen profundo de conciencia y de un proyecto de familia que sólo compete a mamá y a papá, quienes serán los que con su energía, tiempo y recursos sustentarán una crianza que demanda mucho de sí mismos. Es conveniente siempre sopesar las opciones antes de una decisión de esta naturaleza. Y estar abiertos a que la vida puede tener más adelante otros planes a los que puedan ajustarse, o también revaluar su decisión actual.

Ante la idea de tener otro hijo se sugiere que la pareja:

  1. Establezca u organice sus prioridades del proyecto de familia que desean.
  2. Visualice su futuro con otro hij@ o más. Imagine escenarios probables.
  3. Descarte que no se trate del deseo y la presión de otros (abuelos, hijo mayor, amigos con dos o más bebés, sociedad).
Miedos comunes

Los temores más comunes o inconvenientes que algunos padres contemplan al tener sólo un hijo son:

  • Piensan que serán vistos como egoístas al tener otros planes para su tiempo y sus recursos y sólo un hijo con quien compartirlos, en lugar de contemplar una familia más grande y ser más generosos.
  • Les preocupa el hecho de que al no tener hermanos con quien convivir, su hijo crezca con un vacío emocional, que sea una persona tímida, que se sienta sola.
  • Que sea demasiado dependiente de mamá y papá. Que se convierta en un niño inseguro o temeroso.
  • Que al morir ellos como padres, el hijo quede desamparado y desprotegido aún siendo ya grande.
  • Que se comporte como un niñ@ caprichoso, demandante y mimado por tener toda la atención de mamá y papá para él solito.

Es importante saber que muchos comportamientos que se critican de los hijos únicos no obedecen al hecho de ser hijos únicos exclusivamente, son rasgos comunes que comparten con otros niños y niñas, determinados más por la actitud que tienen sus padres hacia ellos, el método de crianza elegido y los rasgos propios de la personalidad de cada niño. Los hijos únicos no están condenados a desarrollar algún tipo de comportamiento especial.

Fortalezas de un hijo único

Es común encontrar referencias a las desventajas de los hijos únicos, pero los padres que han decidido quedarse con un solo hijo consideran que existen múltiples beneficios como poder ofrecerle mejor calidad de vida, dedicarle mayor tiempo y atención para detectar sus talentos, estrecha comunicación y un vínculo muy cercano, así como mayores oportunidades de educación por enfocar en su carrera mayores recursos económicos. Pueden ser más independientes porque aprenden a estar solos y pueden parecer más maduros por su mayor convivencia con adultos.

Razones de peso

Las razones que contemplan las parejas para tomar esta decisión son diversas, algunos padres deciden tener sólo un hijo porque sus carreras profesionales no les permiten disponer de mayor tiempo que requiere la crianza de más hijos. A muchos les asusta el clima mundial, incierto, inseguro y piensan en que traer más niños al mundo no es una buena idea si no se puede garantizar una buena calidad de vida para ellos. A veces la edad de la madre, dificultades de salud u otros factores de tipo psicológico interfieren con su capacidad reproductiva y la pareja enfrenta problemas de infertilidad que les condiciona a quedarse sólo con un hijo.

Las familias con un hijo o con varios pueden ser tan saludables y felices como lo deseen. Y los hijos únicos o con hermanos crecerán y desarrollaran su individualidad, con o sin o a pesar de éstos. El sentido de pertenencia no es algo que sólo se adquiera en una familia grande.

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