Hoy las mujeres queremos emprender nuestros negocios propios, seguir nuestros sueños, desarrollar proyectos, convertirnos en empresarias. Así, generamos ideas que pueden convertirse en productos o servicios innovadores, pero queremos seguir siendo mamás, cuidar a nuestros hijos y disfrutar de las mieles de crecer con ellos.
Las mujeres que somos mamás, todo el tiempo estamos innovando, buscamos la mejor manera de solucionar las pequeñas grandes cosas que suceden en el ecosistema familiar cada día con un bebé o dos, con la pareja y algunas con un trabajo o con su propia empresa.
Hoy en México existen cerca de 16 millones de mujeres emprendedoras y empresarias, según cifras del Instituto Nacional del Emprendedor. Muchas mujeres son dueñas de una PYME (pequeña o mediana empresa), que constituyen el 90% de las empresas, el 42% del empleo y contribuyen con un 23% al PIB (Producto interno bruto del país).
Las mujeres somos muy importantes para la economía de nuestro país.
Mamás y start-upsHoy el termino start-up se refiere a una institución humana que emerge, con ideas innovadoras que facilitan procesos. Principalmente orientadas a crear productos. Son, a fin de cuentas, una empresa, un negocio, una pequeña compañía. Su particularidad es que están asociadas a la innovación, a la tecnología o al desarrollo en internet.
Es una estructura de negocio que opera con mínimos costos, que navega nichos de negocio poco explorados y son vistas por los inversionistas como una muy buena opción para su capital, a pesar de que la mayoría trabaja bajo condiciones de extrema incertidumbre esperando que llegue el mejor postor.
Entre la cuna y la cocinaLa mayoría de las start ups nacen en el propio hogar. Como Steve Jobs (quien fue cofundador y presidente ejecutivo de Apple) en su garaje. El hogar es el lugar por elección de los emprendedores para desarrollar su proyecto. Y las mujeres con hijos saben que ese es el lugar. Donde los niños están, ahí está ella y sus proyectos.
Las mamás emprendedoras que han logrado el éxito con sus ideas coinciden en que el momento de ir tras sus sueños no parecía en un inicio ser el perfecto, se encontraban con mucha demanda de tiempo y atención por sus hijos aún pequeños, algunas no tenían un momento ideal con sus parejas, o la situación en general no parecía que fuera la mejor para ir tras un proyecto del que poco sabían, en el que tenían más preguntas que respuestas, poco tiempo (o poco dinero) para invertir, pero la mayoría tienen un común denominador: sintieron una irrefrenable pasión y curiosidad por saber hasta dónde podía llegar su idea y encontraron la manera de ponerla en marcha.
¡Atrévete a emprender!
Si tienes una start-up o quieres iniciar una, toma en cuenta lo siguiente: