Uno de los momentos de mayor trascendencia en la vida de tu hijo será cuando cruce el puente entre ser bebé y convertirse en un niño o niña, pero esto no sucederá de la noche a la mañana. Así que necesitarás mucha paciencia para compartirle mientras adquiere nuevos aprendizajes.

Tu bebé crece

Uno de los más importantes avances en el crecimiento es el de aprender a comer sus alimentos sentado a la mesa con su familia. Ya no más será el bebé en brazos que mamá alimenta con su pecho exclusivamente, ni el bebé que se lleva a la boca el biberón mañana, tarde y noche. Su alimentación ya debe ser variada desde los 6 meses de vida y hacia su primer año ya habrá probado casi todo alimento que forma parte de la dieta familiar, primero en forma de papilla de consistencia muy aguadita, después con menos líquido hasta llegar a los trozos de comida pequeños y sólidos. Así estará listo para morder, masticar y deglutir su alimento, no más succionar líquidos únicamente. Estos movimientos pondrán en uso nuevos músculos que deben estimularse para lograr el sano desarrollo de sus dientes, boca, rostro y cabeza.

¡De estreno!

Ahora sus utensilios de comida serán:
el plato extendido, el plato hondo, la taza, el vaso, la cuchara, el tenedor y más adelante el cuchillo.

¡Adiós biberón!

Es probable que tu hijo no se despida del biberón tan fácil y rápido como tú lo deseas, a fin de cuentas existe un hábito de alimentación que papá y mamá ayudaron a establecer y que ahora quieren cambiar. La mayoría de los pediatras recomiendan que al cumplir el año los bebés ya beban sus líquidos de una taza entrenadora o vaso, en muchos casos necesitan más tiempo y es durante los primeros meses después de su primer cumpleaños que se van familiarizando con el uso de sus nuevos accesorios de alimentación y van abandonando el uso del biberón, pero mucho depende de qué tan entusiastas sean los padres para ayudarle a brincar a su hijo a esta nueva etapa.

Razones para despedirse

Existen algunos motivos importantes para desestimar el uso del biberón:

  • Usar el biberón durante más tiempo del recomendado podría afectar el desarrollo de los dientes y mandíbula del bebé.
  • Algunos bebés (o sus papás) utilizan el biberón como chupón consolador de emociones o silenciador de llanto. Ya puede aprender un poco de autocontrol.
  • Como es tan fácil obtener alimento del biberón muchos bebés no quieren esforzarse en comer de otra manera y su dieta no está completa, se están perdiendo de muy buenos alimentos que no entran en un biberón. No es recomendable licuarle nada con tal de que coma.
Fácil transición

Para que la transición del biberón al vaso o taza se haga sin problemas sigue estas sugerencias:

  • Permite a tu hijo elegir su propia taza, del color que más le guste.
  • Retira poco a poco cada uno de los tiempos del biberón. Una comida a la vez.
  • Si el biberón de la mañana o de la noche es el que más trabajo le cuesta dejar, revisa si es porque está acostumbrado a beberlo en la cama. No le des una taza o un vaso para sustituirlo, recuerda que el hábito completo deberá cambiar. Comer en la mesa de la cocina, no más en la cama o cuna. Ahora comienza el camino a ser un niño, no más un bebé.
A la mesa con mamá y papá

Uno de los mayores incentivos para dejar el biberón es que ahora tu hijo se sentará a la mesa a compartir los alimentos con su familia, si bien es posible que no compartan los mismos horarios, sí es importante que los miembros de la familia den el ejemplo al más pequeño en el uso de los cubiertos, el ritmo de la hora de la comida, las conversaciones, los buenos modales y el clima que rodea la ingestión de los alimentos en la familia. Así se establece una relación con la comida apropiada para un sano desarrollo emocional y físico.

Tu hijo aprenderá al observar e imitar los comportamientos propios de comer en familia.

Sé paciente, porque en esta edad mostrará su mayor curiosidad e inquietud y deseará moverse de lugar constantemente y sus períodos de atención serán muy cortos, así que no esperes que se siente a la mesa y se comporte como un adulto que puede pasar tranquilamente el tiempo entre la entrada, el plato fuerte y el postre. No deseará estar sentado mucho tiempo así que reduce tus expectativas de su comportamiento y el tiempo que estará tranquilo, ofrécele porciones pequeñas, estimula su interés permitiéndole tomar con sus dedos algunos alimentos y participar de la charla mientras está en la mesa.

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