Tu corazón y el de tu bebé están íntimamente conectados desde el amor. En su cuerpo cada uno funciona como una máquina perfecta.

El sonido del amor

El sonido de su corazón tal vez fue la tarjeta de presentación de tu hijo, lo primero que conociste de tu bebé en la visita al ginecólogo para tu control pre-natal alrededor de la semana 8 de tu embarazo. A la semana 6 ya había comenzado a latir el corazón de tu bebé, ya sabías que estabas embarazada, pero fue hasta que pudiste escuchar su corazón o verlo a través del ultrasonido en la consulta que sentiste la emoción de una vida creciendo en tu vientre. Dependerá del peso que tengas, la posición del bebé en el útero y lo exacto de la fecha probable de parto para que lo escuches.

Es en la semana 12 del embarazo cuando es más común escucharlo a través del ultrasonido Doppler que detecta el latido cardíaco a través del envío de ondas sonoras de alta frecuencia que se reflejan en el corazón del bebé, recibe estas mismas ondas y las amplifica para escuchar el latido de su corazón. Y así en cada visita el médico confirmarás que todo va bien al escuchar ese hermoso y familiar sonido.

El corazón in-útero

En el útero, el corazón del bebé podría latir de 120 a 150 veces por minuto.

Antes de nacer, el corazón del bebé no tiene que bombear sangre a sus pulmones para recibir oxígeno. La sangre de mamá suministra al bebé el alimento y oxígeno que necesita a través de la placenta. Los aparatos circulatorios de ambos no estarán en contacto.

El sistema circulatorio del bebé cambiará después del nacimiento. Su corazón antes del nacimiento no necesita una separación de la arteria pulmonar y la aorta. En el corazón del bebé in útero esos dos vasos sanguíneos están conectados por el conducto arterial que se cerrará al nacer y se separarán la arteria pulmonar y la aorta. También, el corazón del bebé en el vientre de mamá tiene una abertura entre las cavidades superiores llamada agujero oval, que permite que la sangre pase en forma más directa entre las dos aurículas, derecha e izquierda. Estas rutas por las que fluye la sangre cerrarán de manera natural al poco tiempo de que el bebé nazca y así comenzarán a funcionar sus pulmones y su aparato cardiovascular.

Como el aparato circulatorio del bebé antes de nacer cambia después del nacimiento, pueden transcurrir varios días o semanas antes de que los médicos descubran alguna cardiopatía congénita.

El corazón de tu hijo

La cardiopatía congénita es una anormalidad en la estructura del corazón y/o función de un recién nacido que tiene lugar durante la gestación.

De 1 a 2 niños de cada 100 nacerán con una cardiopatía congénita, que puede ser diagnosticada a tiempo y tratada para que este bebé se desarrolle sin problema y crezca saludablemente.

Señales de sospecha de una cardiopatía congénita

La mayoría de las cardiopatías congénitas se diagnostican dentro de los primeros días y semanas de vida, a través de la revisión del neonatólogo cuando nace el bebé o en las primeras consultas con el pediatra.

La más notable de las características de una cardiopatía congénita es la falta de crecimiento del bebé, que no esté ganando el peso esperado, que no se esté alimentando adecuadamente. También pueden presentarse como síntomas iniciales de una cardiopatía congénita:

  • Cambios de coloración en labios, manos o en la parte inferior de sus párpados.
  • Dificultad para respirar, que jale aire frecuentemente, que respire rápido.
  • Cansancio o fatiga al alimentarse.
  • Sudoración o taquicardia.
  • Infecciones recurrentes.
Soplo en el corazón

Si alguna vez el pediatra te indica que tu hijo presenta un soplo en su corazón no te alarmes. Hay una etapa de crecimiento en la que podría haber un aumento en el volumen circulatorio, además, el corazón va cambiando, creciendo en tamaño y esto hace que al fluir la sangre por las cavidades cardíacas provoque un sonido que se manifiesta y diagnostica como un soplo.

A través de su estetoscopio, el doctor de tu hijo escucha su corazón, el sonido de los latidos, producto del cierre de válvulas al contraerse el corazón para empujar la sangre a través del cuerpo. Cuando se produce un sonido adicional se diagnostica como un soplo cardíaco, que muchas veces se trata de la circulación normal de la sangre por el corazón sano. Pocas veces puede indicar un problema cardíaco.

El soplo del corazón no es en sí el diagnóstico de una enfermedad y puede no significar un problema. El más habitual de los soplos que detectan los pediatras en la consulta es el denominado funcional. Podría aparecer durante la infancia y desaparecer por sí solo conforme crece el niño sin alterar su crecimiento y desarrollo.

Es importante observar también a los niños en edad preescolar y mayores. Si presenta alguno de los siguientes síntomas contacta a su pediatra para una valoración:

  • No gana peso en relación a su edad.
  • Presenta dificultad al realizar actividad física o ejercicio porque se agita.
  • Se cansa fácilmente y respira rápidamente.
  • Refiere dolor en el pecho.
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