La Vitamina C es un nutriente muy valioso que debe estar presente siempre en la dieta de tu hijo. Su aporte al organismo es fundamental para el buen funcionamiento de su cuerpo y la deficiencia de éste podría representar un riesgo a su salud.
Ayer y hoyEn la antigüedad mucha gente padeció de escorbuto (deficiencia de Vitamina C) con dolores de piernas, pérdida de dientes o encías inflamadas, sangrantes y úlceras en la boca, sin saber que la causa de estos padecimientos era la falta de alimentos frescos en su dieta. Actualmente aparecen casos, pero son más leves.
Hoy en día está más que reconocido el valor de frutas y verduras frescos en la alimentación de todas las edades para estar sanos, por su aporte de minerales y vitaminas como el ácido ascórbico, mejor conocido como Vitamina C.
¿Para qué sirve?La vitamina C es esencial para producir parte de la sustancia que une a las células, es algo así como el cemento que une a los ladrillos. Ayuda a la cicatrización rápida de las heridas, es un antioxidante, además, participa en que el tejido óseo de los huesos se forme adecuadamente.
¿Dónde está?Las principales fuentes de vitamina C en la mayoría de las dietas son las frutas cítricas, hortalizas y diversos tipos de hojas. Los plátanos son buena fuente de ésta. Las fresas son excelentes portadoras de vitamina C.
Los jitomates y pimientos verdes y rojos, también. Las hojas verdes de color oscuro como la espinaca la contienen en gran cantidad. El maíz, los cereales germinados y las legumbres también aportan algo de ácido ascórbico y aunque poco, también está presente en productos animales, carne, pescado, leche y huevo.
¿Cuánto es suficiente?Las recomendaciones de ingesta diaria de esta vitamina son de 400 mg para niños hasta de 3 años, 650 mg hasta los 8 años, 1,200-1,800 mg entre los 9 y los 18 años de edad. Los adultos deberíamos consumir 75 mg diarios para mujeres y 90 mg diarios para hombres, la diferencia es por la masa magra de nuestra constitución.