Cuando tu hijo presenta una inclinación hacia alguno de sus padres, se dice que tiene mamitis o papitis, que más que un padecimiento, se trata de la preferencia hacia uno de ustedes, puede tratarse también de una obsesiva dependencia del niñ@ a uno de sus padres y ser causa de inquietud en la familia.

Los padres no deben competir por el cariño de su hijo. Mamitis

Alrededor de los 8 meses de edad casi todos los bebés muestran una tendencia a querer estar más cerca de mamá y parece enfermiza su necesidad de no perderla de vista. Los psicólogos le llaman ansiedad por separación y se trata de un período normal del desarrollo de los niños. Se manifiesta al alejarle del hogar o de las personas con quien más apegado se siente el bebé, casi siempre mamá. Esta ansiedad de separación aparece cuando el bebé comprende que él o ella son una persona distinta de quien le cuida. Antes de esta etapa la experiencia de estar unido a ella la vive el bebé como si fueran uno mismo. Se intensifica al cumplir un año de vida y declina antes del año y medio de vida. Tu hijo superará esta etapa y disfrutará su autonomía. Antes de alarmarnos, recordemos que ser padres es una experiencia en proceso.

Papitis

En las niñas aparece una tendencia muy marcada de predilección por su papá entre los 3 y los 5 años de edad, es una especie de enamoramiento, se trata de una dinámica normal en su desarrollo, siempre y cuando papá evite la rivalidad entre mamá y ella, respetando el lugar que cada una tiene.

Papás recién nacidos

Con la llegada del primer bebé se establece la familia. Antes, hombre y mujer son una pareja y cada uno juega diferentes roles en su propia vida: esposo, hijo, hermano/esposa, hija, hermana. Cuando nazca su bebé estrenarán un nuevo rol: ser padres; así nacerá una mamá y un papá.

Ser mamá o papá -y su muy particular estilo-, dependerá de la cultura en la que cada uno creció, el tipo de crianza que recibió y el modelo que integró de sus padres. Siempre serán libres al decidir qué tipo de mamá o papá quieren ser.

Hay pocas exclusividades: cargar en el vientre por nueve meses y amamantar a su bebé está diseñado biológicamente para mamá. Y para papá: dar vida a través de su esperma y determinar con ello el sexo del bebé.

Mamá y papá: un equipo

Ser mamá y ser papá no es lo mismo, cada uno tiene una energía distinta y un lugar diferente en el corazón de su hijo, aunque muchas de las actividades relacionadas con el cuidado infantil pueden ser perfectamente cubiertas por cualquiera de ellos. Ambos desarrollarán las habilidades y destrezas.

Uno de los primeros grandes retos como padres es actuar juntos, como equipo. Su primer desafío consistirá en la crianza de su primer hijo.

No existe una lista de acciones propias de la madre y otra que corresponda a lo que como papá debes hacer. Conviene definir juntos las áreas en las que participarán más activamente. El equipo conformado por mamá y papá vivirá algo así como una carrera de relevos: cuando uno está muy cansado, el otro lo releva (o la anima y le acompaña, como en la lactancia, que no puede sustituirle). Cuando uno de los padres se sienta cómodamente y el otro se encarga de todo, quien pierde es su hijo.

A través de las pequeñas y las grandes acciones que comprenden la crianza de los niños es que mamá y papá tienen la oportunidad de que su hijo les conozca, los observe, escuche e integre en su corazón como los seres que más le aman y a los que aprenderá a amar por igual.

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