El asma es la enfermedad crónica más frecuente en los niños, según la Organización Mundial de la Salud. Varios estudios demuestran que hasta un 80% de los niños con asma desarrollan síntomas antes de los 5 años de edad. Uno de los graves problemas del asma es que no siempre se diagnostica correctamente ni recibe el tratamiento adecuado.

El asma no se puede curar, pero sí controlar. Cuando está ocasionada por una alergia se puede mejorar evitando la exposición del niño a los alérgenos.

¿Qué es el asma?

El asma es una enfermedad crónica que se caracteriza por ataques recurrentes de falta de aire y silbidos en el pecho (sibilancias), que varían en severidad y frecuencia de una persona a otra. Ésta se debe a la inflamación de las vías respiratorias (tráquea, bronquios y bronquiolos).

En muchos niños pequeños, lo que podrían parecer manifestaciones de asma son, en muchos casos, síntomas de infecciones respiratorias.

¿Cómo identificarlas?
  • El asma se caracteriza por la dificultad de respirar (disnea) y aparece como una crisis.
  • Algunos niños presentan respiración rápida, fatiga y/o tos, al hacer ejercicio o por la noche.
  • El comienzo de la crisis asmática suele ser brusco.
  • Los niños que padecen asma son sensibles a los resfriados u otras enfermedades virales, así como a otros factores irritantes: el humo del cigarro, el aire frío o las alergias al pelo de las mascotas; el polvo o el polen, también les traen problemas.
  • En muchos niños pequeños, lo que podrían parecer síntomas de asma son muchas veces síntomas de infecciones respiratorias.
¿En qué consiste una crisis o ataque de asma?

Cuando un niño tiene una crisis, sus vías respiratorias -principalmente los bronquios-, se inflaman, lo que provoca estrechamiento en esa zona y una disminución del flujo de aire que entra y sale de los pulmones; así se presentan los silbidos en el pecho y la dificultad para respirar.

Los síntomas recurrentes causan con frecuencia insomnio, fatiga diurna, una disminución de la actividad.

Diagnóstico

Ahora son más certeros los pediatras en el diagnóstico del asma, realizando en la consulta una buena historia clínica, analizan los síntomas del paciente, apoyados, según sea el caso, en una radiografía o una espirometría y en exámenes de sangre.

Los tratamientos hoy en día son muy novedosos y específicos: algunos niños usan inhaladores, cámaras espaciadoras para que inhalen sustancias que llegan directamente al tejido pulmonar aliviando de inmediato los molestos síntomas.

Dependiendo del tipo de asma, existen diferentes medicamentos, regularmente se receta un tratamiento de fondo y uno de rescate para las crisis. Según sea el caso, el médico indicará el uso de broncodilatadores y/o corticoides.

Cambiar el estilo de vida es determinante para un buen control del asma; seguir las indicaciones del pediatra en el manejo integral de la enfermedad, mejorará las condiciones para el niño y su familia.

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