Tu hijo tiene su curiosidad a flor de piel y su sentido de la vista recibe a cada momento millones de estímulos que le llevan a querer acercarse, tocar y probar todo cuanto ve (aunque no sea comestible).

Aprovecha ese impulso para conquistar su apetito con platillos que se vean muy ricos y que sean de lo más saludables. Decora su comida como si se tratara de un cuadro que acabas de pintar, primero para que lo admire con los ojos y después para que se lo lleve a la boca. Tu creatividad será el límite.

Según la edad de tu hijo será el reto que tendrás para despertar su amor por la comida y sus ganas de jugar. Sí, comer debe ser un momento placentero y juguetón.

Mamá, su primer alimento

A los bebés menores a 6 meses se les conquista por medio de la amorosa contención. La leche que les alimenta viene en el mejor envase que la naturaleza pudo crear: el seno materno. Así, estimula su sentido del olfato y del tacto. Su vista descansa en los ojos de mamá, no hay mejor lugar que los cálidos brazos de mamá. Su apetito se moldea también en relación con el disfrute de ese momento.

Alimentados con biberón, los bebés también son felices en los brazos de mamá o de papá mientras comen. Durante los años de su crianza serán sus seres más queridos quienes le alimentarán y moldearán sus hábitos al comer.

Bebés papilla

De los 6 meses a su primer año, tu bebé dará un giro enorme en su dieta al incorporar nuevos alimentos cada día, en forma de papilla en un principio y después molidos o en trozo. Su sentido del gusto le hará aceptar o rechazar sabores distintos a lo acostumbrado y el sentido de la vista le regalará nuevas experiencias al conocer distintas formas, colores y texturas en su alimento, ahora cada vez más sólido.

Carita feliz

Por ejemplo: una papilla de avena con manzana servida en un pequeño tazón se verá igual que si fuera de arroz con plátano, la diferencia sólo la percibirá una vez que la pruebe, por su sabor. Para animarle a que lo haga, preséntale el tazón decorado como si fuera una carita feliz, de un gato o un perrito, con sus bigotes de tiritas de manzana y sus ojitos de pasita. Aún cuando no pueda comerse todo los ingredientes con los que decoraste el platillo, le llamará mucho la atención y jugará con ello mientras tu lo alimentas.

Tus aliados: colores, formas y texturas.

La zanahoria con su intenso color llamará la atención de tu bebé ya sea en su formato de puré, rayada, en cubitos o rodajas. Es muy versátil: puede hacer las veces de las ruedas de un auto o el tronco de una palmera. Si aún no puede masticar, sírvela como papilla y permítele tomar con su mano la zanahoria en otra de sus formas.

El plátano es dulce a la vista también, tu bebé puede familiarizarse rápidamente con el consumo de esta fruta que puedes presentarla en rodajas, en tiritas o en pequeños cubos. Sólo recuerda que se oxida muy rápidamente así que será siempre para consumo inmediato.

El brócoli es por excelencia de una forma atractiva para imaginarse pequeños arbolitos en un paisaje. Crea distintos paisajes con éstos, previamente cocidos al vapor para que sean lo suficientemente blandos. Si aún no puede masticar, puede saborear una rica sopa o crema de brócoli y sabrá que son arbolitos molidos al tomarlos con su mano.

El huevo, ya sea cocido, frito o revuelto, te dará muchas opciones para presentárselo a tu hijo una vez que lo pueda comer. Puede ser untado en una galletita o palito de pan, (la yema cocida como mantequilla) o cortado en diminutos pedacitos que puedan ser ojitos u orejitas de alguna carita de animal. El huevo es una de las proteínas más versátiles para hornear a manera de pastelillos, mufins, crepas, pequeñas tartas o souflés que son suaves y que pueden ser tanto dulces como salados.

Los fideos le encantarán a tu bebé y a ti te servirán para decorar sus platillos como nidos de pajaritos, cabello de muñequitos, carreteras de autos, y si dejas volar su imaginación, puedes hacer el contorno de cualquier figura de animal o cosa sobre un plato. Cualquier tipo de pasta te sacará de apuros: coditos, fusilli, etc. Y las posibilidades de recetas son infinitas.

Menos es más

Recuerda que las porciones que comen los bebés son muy inferiores a lo que la mayoría de los papás y mamás esperamos. Queremos que se coman todo el plato y probablemente apenas y darán unas cuantas cucharadas. Por ello hay que preferir que tome el alimento con sus manitas y que se lo lleve a la boca una vez que comience a morder y pueda tragar pequeños trozos o alimentos que en su forma original sean diminutos, como los chícharos o los frijoles.

No tienes que ser una gran chef para sorprender a tu hijo. Tu amor te volverá más creativa y le sorprenderás. Así mantendrás también su interés en la comida, aun cuando su apetito no siempre sea el mismo.

Herramientas

Utiliza moldes cortadores de galletas que te servirán también para presentar de manera distinta los alimentos favoritos de tu hijo, o aquellos que por primera vez probará.

Hazte de un buen cuchillo con el que puedas cortar finamente y un rayador que tenga varias aperturas para distintos grosores de los alimentos.

Compra o fabrica pequeñas duyas o boquillas como las que se utilizan en pastelería para que todo aquel alimento que tenga consistencia de crema o puré lo puedas presentar en diferentes decoraciones para los platillos de tu bebé. Les encantará. Además, podrás prestarle una y que comience sus primeras obras de arte en la cocina.

Atrévete. Sírvele su sopa en una pequeña taza o vaso. Utiliza los platos más pequeños para su comida. Observa qué es lo que más le gusta a tu hijo y repítelo. Así, harás un menú favorito con los sabores consentidos de tu bebé.

Si utilizas procesador de alimento, reserva un vaso especial sólo para la comida de tu bebé, así evitarás contaminación de olores y sabores que aún lavándolos se quedan, como las salsas picantes o los pescados de fuerte olor.

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