El miedo es una de las emociones humanas que acompaña la maternidad en diversas etapas y sentirla es tan natural como la vida misma. Puede tratarse de pensamientos pasajeros o verdaderas preocupaciones, pero es parte de la experiencia de ser madre.

En el embarazo.

Sentir temor por que tu bebé venga sano y completo es una de las experiencias más universales de la maternidad. Todas las mamás han pensado en la posibilidad de que su bebé tenga alguna complicación y esto les atemoriza durante el embarazo, muchas de ellas sueñan pesadillas que reflejan sus más arraigados temores.

Que el parto sea muy doloroso o no saber reconocer las contracciones y el momento del parto es un temor común.

Al nacer tu hijo:

Existe la universal creencia de que los recién nacidos son criaturas vulnerables, en muchas culturas se cree que están expuestos a peligros tanto espirituales como físicos, razón por la cual se les otorgan amuletos a manera de protección o se les encomienda a algún santo, según sean las propias creencias religiosas.

Muchas mujeres refieren tener miedo de que algo le ocurra a su bebé, como que enferme y ella no sepa qué hacer.

También es posible que se encuentre nerviosa ante el desconocimiento de las señales que emite el bebé de acuerdo a sus necesidades. Y es común temer que:

  • La leche materna no se produzca normalmente o que no sea suficiente para satisfacer el apetito de su bebé.
  • Que el bebé llore y no puedas calmar su molestia.
  • Que el bebé deje de respirar.
  • Que se resbale de tus brazos o de los brazos de quien lo cargue, se caiga y se golpee.
Temor al futuro.

Recuerda que el poco dormir, la ansiedad y el agotamiento hacen que tu sistema nervioso se encuentre más vulnerable y sea más fácil dejar entrar los temores.

Existen temores que son también muy comunes entre las madres que acaban de tener un bebé como:

  • Que ella no recupere la figura que tenía antes de embarazarse.
  • Que no sepa hacer lo que una madre hace o que no sea la madre que todos esperan que sea.
  • Que su pareja cambie hacia ella o sienta celos ahora que está dedicada al bebé.
  • Que quede embarazada antes de planear el siguiente bebé.
Nace una mamá.

Es probable que antes de tener a tu hijo no te consideraras a ti misma como una persona miedosa, pero a partir de ser madre te sorprendan pensamientos atemorizantes que tienen que ver con la supervivencia de tu hijo y así veas riesgos y peligros que antes ni imaginabas. Algunos serán razonables, pero otros parecerán completamente irracionales.

  • Que el mundo sea un lugar muy hostil para criar a un bebé.
  • Que quieres mantener a salvo a tu bebé de todos los peligros del mundo.
  • Que el clima es muy extremo y puede hacerle daño a tu hijo.
  • Que las personas que lo tocan cargan con muchos gérmenes y lo pueden enfermar.

Muchas madres hacen cosas o dejan de hacerlas por temor a influir negativamente en la crianza de sus hijos. Por ejemplo, la creencia de que no deben cargar al bebé tanto para evitar acostumbrarlo a los brazos y hacerlo así dependiente de mamá, es totalmente falsa. Los bebés necesitan ser cargados en los brazos de mamá y papá, sin límite. No sólo no les sucede nada malo sino por el contrario, allí gozan de la contención que necesitan para sentirse amados y aprender a establecer el lazo que les une a sus padres.

Lo normal de tener miedo.

Tener miedo de que algo le suceda a tu bebé es natural y conforme crezca tu hijo la lista de temores tendrá nuevos temas: La alimentación, los juegos, la escuela, los deportes, los amigos, las vacaciones, etc.

En cada etapa, permítete sentir esa emoción pero déjala fluir, poco a poco sentirás mayor confianza. Si el miedo resulta muy incómodo, te paraliza o cambia tu manera de vivir la vida, considera acudir a terapia psicológica, es mejor abordarlo con ayuda profesional si sientes miedo todo el tiempo.

Lo importante no es saber que se trata de algo normal en la maternidad. Lo importante es sortear esos temores y saber mantener la calma en situaciones tensas, pero sobre todo permitir que la experiencia de cada día te brinde la confianza que necesitas para mantenerte tranquila. Al pasar de los días, las semanas, los meses y los años ganarás mayor confianza en tu propio desempeño como madre y gozarás de la crianza de tu bebé al saber que hay mucha ayuda disponible y que tu hij@ estará bien.

COMPARTIR: