Aparentemente el mejor momento de las mujeres es durante el embarazo porque los niveles de sus hormonas se encuentran altas, la piel se encuentra más suave, el cabello más brillante, se goza de un mejor de estado de ánimo (en la mayoría de ellas), aumenta el grosor de las uñas y en general la mujer tiende a experimentar su cuerpo revitalizado por la producción de hormonas.

Primer trimestre.

Durante el embarazo las hormonas de mamá tienden a cambiar, porque lo primero que ocurre es que ella deja de tener un sangrado menstrual, esto hace que la hormona más importante, que es el estrógeno, se eleve, la progesterona (que permite que se haga más grueso el interior de la matriz o endometrio) también se eleva para nutrir adecuadamente al huevito que crece para formar un nuevo ser las primeras 10 semanas y una vez que se forma la placenta, ésta se encarga de alimentar al futuro bebé a partir de ese momento.

Se eleva la hormona tiroides y podría ocasionar algunas incomodidades o molestias como palpitaciones, temblores; y con la hormona gonadotropina coriónica son las responsables de las náuseas en los primeros meses y cede su elevación a partir de las 12 semanas a partir del embarazo.

Segundo trimestre.

Otras hormonas también se elevan y se trata de aquellas que se encuentran arriba de los riñones (glándula suprarrenal) y la hormona de la piel (melanocorticotropa) es por ello que la mujer embarazada podría pigmentarse, es más susceptible a presentar en su piel pequeñas manchas (paño) o líneas “morenas” como la del abdomen; se recomienda que evite el sol y utilice bloqueador o filtro solar ya que esa hipersensibilidad de su piel se mantendrá durante todo el embarazo y si no está atenta a las recomendaciones de su dermatólogo podría mancharse más fácilmente.

Tercer trimestre.

En el 3er trimestre del embarazo siguen elevados tanto el estrógeno como la progestrerona. La piel de la mujer embarazada se adelgaza y podrían aparecer las primeras estrías. Es preciso seguir cuidando la alimentación y controlando el peso.

Comienza a elevarse la hormona prolactina que se encarga de la producción de leche materna en la glándula mamaria. Las hormonas del embarazo: estrógeno y progesterona permiten que crezcan los conductos donde se producirá el alimento del bebé una vez que llegue a los brazos de mamá.

En la última etapa de embarazo existe una hormona que es el detonador del inicio del trabajo de parto: oxitocina. Esta horma es la que permite que la mujer comience a tener contracciones para que empiece a haber dilatación den el cuello de su útero, éste comience a reblandecerse y se pueda abrir para dar paso al bebé. Además, la secreción (o inyección) de esta hormona promueve actos de comportamiento maternal una mayor ocupación de las crías, mecer a los hijos, etc.

Otras hormonas liberadas por el cerebro durante el parto son las endorfinas que producen una respuesta de adormilamiento y analgesia natural.

Después del parto.

El nivel de producción de estas hormonas que se elevaron durante el embarazo, baja una vez que pasa el parto. La prolactina sigue al alza y ayuda a que el ovario no funcione durante este tiempo (mamá no tendrá su ciclo menstrual si ejerce exclusivamente la lactancia durante los siguientes meses gracias a esta hormona), la prolactina trata de
proteger la alimentación del bebé y acompaña a la mujer durante su post-parto y su efecto puede advertirse en la inapetencia sexual, pérdida de memoria o fatiga en mamá. Aunque va acompañada de la oxcitocina que anteriormente señalamos como la hormona “maternal”, que aumenta antes y durante la toma de lactancia.

El nivel de estrógeno baja (entre los efectos de esta hormona en su producción normal están mantener la piel hidratada en la mujer, vigilar la función de corazón, controlar la pérdida de hueso). Es importante vigilar el periodo de lactancia en la mamá para asegurarse que ella se encuentren en un óptimo estado general, al no producir suficiente estrógeno de manera regular podría manifestarse en algunas mujeres síntomas de depresión.
Para cubrir los requerimientos totales de nutrición del bebé se sugiere dar leche materna exclusiva durante los primeros 6 meses de vida. Si se desea continuar la lactancia, puedes consultar con tu médico que método de anticonceptivo es compatible.

La producción de leche y la succión favorece la producción y liberación de otra hormona: oxictocina que es la misma hormona que produjo las contracciones uterinas durante el embarazo y parto y que en esta etapa ayudara a la matriz a recuperar su tamaño y forma, a través de pequeñas contracciones también, principalmente durante las primeras 2 semanas después del parto.

Otra hormona es la progesterona cura función es la limpieza de la matriz y no recuperará su función hasta que la prolactina baje (mamá deje de amamantar).

La mujer recupera su nivel hormonal en el momento en que el ciclo menstrual normal se recupera cada 26 o 34 días, así como la función del ovario, a reserva del método anticonceptivo que hayas elegido. Aunque es importante recordar que las hormonas seguirán siendo las grandes acompañantes de mamá, tan solo por ser una mujer, en los
diferentes períodos de su vida.