Los genes son un factor decisivo en la salud, pero también en el físico de cada persona. Papá y mamá aportan sus cromosomas y características específicas para formar lo que será un nuevo ser humano único e irrepetible.

Las mamás aportan al bebé un cromosoma X, el sexo del bebé dependerá de la aportación del papá, que es la variable, puede ser un cromosoma Y (Niño) o X (Niña).

También el desarrollo intelectual recibe la influencia de un gen presente en el cromosoma X; en los niños, el cromosoma X procede exclusivamente de la mamá, por lo que se puede considerar que la inteligencia del niño depende directamente de su madre. En cambio, la inteligencia de las niñas depende de la X paterna y de la X materna.

Físicamente, por ejemplo, el color de los ojos, depende de varios genes y no siempre predomina el color más oscuro como antes se pensaba hasta hace un tiempo, sobre la base de las leyes de Mendel. Esto partía de la base de que el color de los ojos dependía de un único gen, y que el portador de los colores oscuros se transmitía con mayor probabilidad al de los colores claros, sin embargo, desde hace algunos años se ha descubierto que el mecanismo de transmisión es mucho más complejo.

Para el color del cabello, se considera que el oscuro y rizado tiene muchas más probabilidades de ser transmitido que el claro y liso.